La importancia del plástico para la sociedad

Muy presente en nuestra vida, el plástico surgió en la primera mitad del siglo XX y comenzó a ganar fuerza en la década de 1930, con el polietileno. La Segunda Guerra Mundial fue una revolución para el plástico y, en la post guerra, empresas comenzaron a utilizarlo en la fabricación de bienes de consumos. Su diseminación en la sociedad trajo diversas utilidades sociales, económicas y ambientales.

Beneficios del plástico para la sociedad

Resistente, inerte y liviano, el plástico ofrece muchos beneficios para las empresas, consumidores y otros eslabones de la sociedad. Todo eso por ser una alternativa de bajo costo, versátil y fácil de usar, ideal para substituir a varios materiales que poseen un profundo impacto en el medioambiente.

Sí, entre las opciones de que contamos actualmente, el plástico es la menos agresiva para el medioambiente. Al final, utiliza pocos recursos naturales, además de ser producido, en gran parte, por subproductos de la industria petroquímica, reduciendo el desperdicio tanto de la materia prima como de la energía utilizada para su extracción.

Otro factor importante sobre la cadena productiva del plástico es el bajo consumo de energía para su procesamiento en relación a otros materiales, que dependen de temperaturas altísimas, superiores a los 1000 °C en el caso de los vidrios, por ejemplo, además de demandar un bajo consumo de agua.

Todos estos factores contribuyeron para la popularización de los bienes de consumo, ya que uno de los resultados de la utilización del plástico en la cadena productiva es la reducción del precio final, tornándolos a los productos más accesibles y contribuyendo para el desarrollo social.

En medicina, el plástico protagonizó una revolución por ser un material resistente, que se puede esterilizar, liviano y barato, encontrándose presente en los equipamientos de seguridad de los profesionales, en mascarillas, guantes, jeringas, bolsas de sangre, catéteres, cápsulas, comprimidos y muchos más.
En la industria automotriz, por su vez, permitió una reducción significativa en el peso de los vehículos, disminuyendo el consumo de combustibles y, consecuentemente, el impacto ambiental de los automóviles.

Y los ejemplos no paran por aquí. Para citar uno más, el plástico se encuentra ampliamente presente en la construcción civil, siendo fundamental en las tuberías hidráulicas por su facilidad de instalación, alta durabilidad y eficacia contra fugas.

¿Y los envases?

Con los envases plásticos, no es diferente. Estos también cumplen su parte para contribuir con los diversos avances sociales, económicos y ambientales: proporcionan la misma calidad de conservación de los productos en relación a otros materiales, prolongando el shelf life y la vida útil de los alimentos, reduciéndose su desperdicio.

Cabe recordar que el desperdicio de alimentos es una de las principales fuentes de emisión de gases del efecto invernadero. Según la ONU, del 8% al 10% de las emisiones globales de estos gases provienen de alimentos que no son consumidos.

Los envases también desempeñan un papel crucial en el abaratamiento de los procesos industriales, como el logístico. Esto porque, como fue dicho anteriormente, son livianos y resistentes, reduciendo el peso de la carga y tornando su transporte más eficiente y seguro.

100% reciclable y opciones sostenibles

¡Exacto! El plástico es, generalmente, 100% reciclable y ya existen diversas soluciones de envases plásticos compuestos de material reciclado, como el PET PCR (post consumo reciclado). Algunos de los desafíos, sin embargo, e la concientización de la sociedad sobre la importancia del correcto descarte del plástico de post consumo, a fin de que este posea el destino adecuado, además de ampliar la capacidad del reciclaje.

Pensando en eso, Valgroup trabaja para proyectar soluciones que fortalecen la economía circular y, al mismo tiempo, invierte para ampliar su operación de reciclaje, que ya es la mayor de América Latina y una de las más grandes del mundo. Pero, para nosotros, esto no es suficiente: nuestra meta es pasar a reciclar el 100% de nuestra producción hasta el año 2040.

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